A través de la Resolución 5/2024 difundida en el Boletín Oficial, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) autorizó la práctica enológica de la “desalcoholización del vino” como un procedimiento legal y permitido. Esto implica que es posible reducir el contenido alcohólico del vino hasta dejarlo casi sin alcohol.
Esta normativa posibilitará la elaboración de un nuevo producto que conservará la denominación de vino conocido como “vino desalcoholizado” o “vino sin alcohol” correspondiente a la bebida obtenida tras la extracción del alcohol del vino original el cual presenta un porcentaje alcohólico inferior al 0,5%. A diferencia de otras bebidas alcohólicas el vino no tiene alcohol añadido ya que este se genera naturalmente durante la fermentación de la uva por lo que para disminuir su graduación alcohólica de tal modo que es necesario remover el alcohol presente.
La medida de reducir la graduación alcohólica que acaba de ser aprobada en nuestro país responde a una tendencia global la cual se trata de una “adaptación a la realidad del mercado”. La industria vitivinícola ha experimentado un descenso en la venta de su producto tradicional en la mayoría de los países lo que sin duda esta renovación generacional de la población mundial junto con factores como el aumento de los controles sobre el nivel de alcohol en las bebidas han modificado los hábitos de consumo de alcohol.
Las ventas de este producto han disminuido aproximadamente un 30%, estos factores han llevado a una reconsideración de los conceptos tradicionales. Sin dejar de fabricar la bebida la que ha sido consumida durante innumerables siglos a lo largo de la historia humana como ha ocurrido con la cerveza, por ejemplo, se plantean nuevas opciones para atender a quienes han optado por reducir el consumo de alcohol.
Anteriormente se habían incorporado nuevas categorías como los “Vinos Livianos” o “Vino Cosecha Temprana” destinados a productos cuyo contenido alcohólico varía entre el 5% y el 11,5%. Ahora se suma el “Vino Desalcoholizado” o “Vino sin alcohol” que corresponde a aquellos cuyo nivel de alcohol no supera el 0,5%. Según las normativas internacionales este producto se define como una “bebida obtenida mediante la desalcoholización del vino” que tras el proceso de extracción de alcohol presenta un grado alcohólico volumétrico entre 0,0% y 0,5%.
La desalcoholización del vino ya cuenta con reconocimiento legal en países como Estados Unidos, Chile, Sudáfrica, China, Australia y Nueva Zelanda. Los vinos tradicionales suelen tener un contenido alcohólico que oscila entre el 11% y el 14%. Por su parte, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) mediante una resolución emitida en 2012 autorizó la práctica de la desalcoholización utilizando técnicas separativas ya sea de forma individual o combinada lo que sin duda permitirá una reducción de hasta el 20% del contenido alcohólico.
El objetivo de este proyecto es recuperar el mercado perdido y atraer a quienes por distintas razones no suelen consumir bebidas alcohólicas lo que sin duda trata de ofrecer más opciones y no de eliminar ninguna. Tradicionalmente, también se solía suavizar el vino con soda, hielo o refrescos. Esta iniciativa representa una forma de adaptarse a los nuevos consumidores mediante propuestas innovadoras.
La introducción del vino desalcoholizado representa una respuesta innovadora y necesaria ante los cambios en el mercado global y los nuevos hábitos de consumo de la ciudadanía. Esta alternativa permite que quienes buscan reducir su ingesta alcohólica no dejen de preservar la tradición y la esencia del vino. No obstante, la industria se adapta y se moderniza para enfrentar los desafíos actuales sumando valor y opciones para todos los consumidores

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