Los barrios de Saavedra y Núñez están ubicados en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires, estos barrios comparten un desarrollo histórico que los conecta a lo largo del tiempo. Con lo cual ambos espacios fueron transformándose con la llegada del ferrocarril y el crecimiento urbano lo que permitió la aparición de viviendas unifamiliares, comercios y espacios verdes.
Hoy en día Saavedra conserva su carácter tranquilo y residencial ya que cuenta con plazas, mercados tradicionales y calles arboladas que remiten a épocas pasadas. Núñez en cambio combina esa tranquilidad con una mayor actividad comercial y deportiva de tal modo que se destaca por sus clubes, avenidas amplias y la cercanía al río que ofrece un espacio recreativo muy apreciado por los vecinos. Estas zonas porteñas muestran como los barrios pueden mantener su identidad mientras se adaptan a los cambios de la metrópolis.
“Lecturas disponibles allí mismito, en el propio parque”
Durante los primeros años del siglo XX, la zona comenzó a poblarse con inmigrantes provenientes de España, Italia y Alemania. El crecimiento de Núñez y Saavedra fue pausado hasta la década del treinta ya que a pocas calles estaban adoquinadas y la leche todavía se adquiere directamente de las vacas.
En estos barrios funcionaban las últimas pulperías que se ubican sobre avenida Cabildo y Crisólogo Larralde se encontraba la conocida pulpería Las Palmitas de Segundo Gallegos y el almacén de Tomás Lambruschini el cual abastecía a chacareros y agricultores locales. Los pequeños caseríos sin veredas y con cabras pastando frente a las casas las cuales surgían alrededor de las estaciones de tren y de la residencia del hacendado Núñez ubicada en lo que hoy es avenida Cabildo, entre las calles Crisólogo Larralde y Núñez.
Según el historiador Alberto Córdoba, la actual calle de Saavedra nos recuerda al fundador del barrio Florencio Emeterio quien fue el último intendente de Belgrano que por motivos económicos vendió gran parte de sus tierras a particulares y al Estado.
A comienzos del siglo XX, por estas calles aún se podían ver tropas de arreo dirigiéndose hacia el norte de la provincia el cual se caracterizaba por tener un paisaje marcadamente rural. Esta visión bucólica de Saavedra y Núñez fue inmortalizada en la novela “La ciudad de un hombre” (1943) de Leónidas Barletta donde aparecen paisanos transitando entre caminos bordeados de tuna, ombúes, arroyos y bosques.
Bonitas páginas porteñas en Saavedra y Núñez
Saavedra en 1926, mostraba la apariencia de un barrio en pleno desarrollo, tal como lo describe Miguel Malaponte, dicho barrio tenía un panorama muy similar al de Núñez. Sin embargo, este último contaba con instalaciones destacadas como el Tiro Federal fundado en 1891 y fue adquirido en 2021 por el Grupo Werthein y el Fideicomiso Buenos Aires Landmark por 151,5 millones de dólares.
El paisaje estaba dominado por terrenos vacíos y manzanas sin cercos, así como grandes quintas de hortalizas que ocupaban varias cuadras. Los quinteros utilizaban norias para extraer agua mientras que los caballos giraban mansamente en las calesitas. Las veredas de ladrillo contaban con defensas de alambre para mantener alejadas a las vacas y el alumbrado público dependía de faroles, la avenida Cabildo era la única que contaba con electricidad disponible de tal modo que los tranvías todavía eran tirados por caballos con lo cual completa una estampa que mezclaba modernidad incipiente con tradición rural.
Núñez y Saavedra mantienen intacto el patrimonio ecológico y social de una ciudad que creció a pasos acelerados ya que cuenta con barrios donde abundan los espacios para el deporte y la recreación al aire libre. Cada paseo en Núñez y Saavedra es una oportunidad para reconectar con la esencia porteña la cual es imaginativa, esperanzadora y cargada de relatos que se transmiten de generación en generación.
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