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martes, agosto 26, 2025

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Chacarita se reinventa y marca tendencia entre los jóvenes porteños

Durante los últimos 14 años una combinación de políticas públicas y licitaciones impulsadas por el gobierno porteño permitió la reactivación de terrenos en desuso la cual experimentó una transformación significativa que la posicionó como uno de los focos urbanos más modernos y atractivos de la Ciudad.

Impulsado por planes oficiales y subastas públicas el sector comprendido entre las calles Donado y Holmberg conocido como Corredor DoHo cuyo escenario fue de un intenso proceso de urbanización. Allí donde antes había terrenos en desuso hoy se alzan edificios de mediana altura que combinan diseño contemporáneo y calidad constructiva.

Gracias a su ubicación estratégica entre Villa Ortúzar y Villa Urquiza y sin duda la cercanía con las estaciones Belgrano R y Coghlan del tren Mitre el área se consolidó como una de las preferidas por jóvenes que buscan vivir, trabajar y socializar en un entorno moderno. Este corredor se convirtió de este modo en un símbolo del nuevo paisaje urbano porteño de la cual se destaca por ser dinámico, conectado y en pleno auge.

El origen del actual Corredor DoHo se remonta a fines de los años 70 cuando durante la dictadura militar y bajo la intendencia de Osvaldo Cacciatore se expropiaron cientos de propiedades para dar paso a una autopista urbana (AU-3) que finalmente no se concretó. El abandono del proyecto dejó tras de sí un panorama desolador como viviendas demolidas, terrenos vacíos y edificios tomados, lo que deterioró profundamente la zona durante las dos décadas siguientes.

Román Paikin, de San Román Propiedades recordó que alrededor de 600 inmuebles fueron desalojados sin compensación económica para sus propietarios lo que no solo impactó directamente sobre esas propiedades, sino que también provocó una fuerte depreciación en los valores de las viviendas cercanas. La falta de políticas urbanas activas terminó por convertirse en un área residencial en un sector marginado y vulnerable la cual fue el reflejo del abandono estatal de aquel entonces.

El proceso de recuperación del Corredor DoHo comenzó formalmente en 1999 con la aprobación de la Ley 324 que dio el puntapié inicial para la revalorización del espacio público en la zona. Una década más tarde en 2009 la sanción de la Ley 3396 impulsó un plan integral de urbanización que incluyó subastas públicas desde 2010 y una planificación edilicia controlada.

El nuevo Código de Planeamiento Urbano estableció una altura máxima de construcción de cuatro pisos a los que se pueden sumar dos niveles en retiro. Parte del proyecto contempló la creación de 13.000 m² de áreas verdes entre ellas un parque lineal además de infraestructura comunitaria como un CGP, bicisendas, plazas con juegos y bulevares arbolados.

Desde entonces el entorno fue ganando vida de tal modo que surgieron nuevos edificios con diseño moderno, equipados con amenities y locales comerciales en sus plantas bajas donde predomina la oferta gastronómica. Todo ello redefinió la identidad del barrio, que dejó atrás su imagen degradada para convertirse en un nuevo polo urbano de calidad y estilo.

El mercado inmobiliario en el Corredor DoHo muestra una amplia variedad de precios que dependen de la tipología de los departamentos. Los monoambientes ideales para quienes buscan una primera vivienda o una inversión donde se ofrecen entre 99.000 y 140.000 dólares con un valor promedio de 3.350 dólares por metro cuadrado.

Esta diversidad de opciones refleja la consolidación del corredor como una zona en auge con propuestas para distintos perfiles de compradores.

Daniel Cifre de Cifre Profesionales Inmobiliarios, resaltó la flexibilidad de las viviendas en edificios bajos con servicios incluidos. Desde modernos monoambientes que son muy demandados por jóvenes que buscan su primer hogar hasta departamentos de tres o cuatro ambientes, la variedad disponible en la zona responde a las necesidades de diferentes tipos de habitantes. Según Cifre estos inmuebles se destacan por sus amplias aberturas y la armoniosa conexión entre los espacios interiores y el entorno exterior.

En cuanto a las calles en desarrollo, Donado y Holmberg que forman parte del barrio parque lineal se perfilan como las principales vías donde se concentra la mayoría de los edificios con locales comerciales en planta baja, consolidándose como ejes de crecimiento y actividad futura.

 El Corredor DoHo se presenta como un claro ejemplo de reconversión urbana exitosa en la Ciudad de Buenos Aires. Tras décadas de abandono y deterioro la cual fue producto de un proyecto vial frustrado la zona inició su recuperación a fines de los años 90 impulsada por leyes y planes urbanísticos que fomentaron la puesta en valor del espacio público y la construcción regulada de edificios modernos.

Hoy en día este corredor estratégico entre Villa Ortúzar y Villa Urquiza es un polo en auge preferido especialmente por un público joven que valora la combinación de comodidad residencial, opciones gastronómicas y buena conectividad. La diversidad de tipologías habitacionales y la presencia de servicios hacen del Corredor DoHo un lugar versátil y atractivo, con un futuro prometedor en el mapa urbano porteño.

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