El protocolo pretende regular la utilización de herramientas tecnológicas dentro del ámbito escolar con la finalidad de prevenir el acoso digital y la divulgación sin consentimiento de material íntimo.
La Ciudad Porteña ha puesto en marcha un protocolo que está destinado a los colegios, tanto públicos como privados con lo cual puedan abordar y manejar los episodios de violencia digital que se presenten en el entorno educativo. Esta normativo comenzó a regir el 9 de diciembre y fue difundida a través del Boletín Oficial la cual tiene como objetivo frenar prácticas como el ciberacoso, la difusión no autorizada de imágenes, el acceso indebido a cuentas, el espionaje en línea y la publicación de datos personales sin permiso, entre otras conductas.
El protocolo es promovido por el Ministerio de Educación de la Ciudad, reconoce la creciente problemática de la violencia digital en los colegios, especialmente debido al uso intensivo de tecnologías por parte de los alumnos desde edades tempranas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 6 adolescentes en el mundo ha manifestado haber sido víctima de ciberacoso. Una investigación de la Fundación Encontrarse en la Diversidad-Argentina indicó que el 40 % de los estudiantes ha recibido mensajes despectivos a través de redes sociales y dispositivos móviles por parte de sus compañeros de clase.
Según UNICEF el ciberacoso impacta no solo en las relaciones dentro de la escuela, sino también en la salud emocional de los alumnos lo que vuelve imperativo implementar acciones que resguarden a niños y adolescentes frente a los riesgos vinculados al uso de la tecnología.
El protocolo indica un conjunto de acciones a ejecutar al detectarse un caso de violencia digital entre alumnos. En primer lugar, se aplica la Ley 223 y su normativa complementaria que regula el Sistema Escolar de Convivencia. Luego se realizan entrevistas con los estudiantes implicados para comenzar el proceso de intervención y reparación del daño cometido.
Las medidas a implementar comprenden:
- Documentar por escrito los pormenores del caso y las intervenciones efectuadas.
- Comunicar a la Supervisión de la escuela, la cual debe notificar al Ministerio Público Tutelar para que cuando corresponda se pueda actuar en el marco del Programa de Convivencia Respetuosa Entre Pares.
- Involucrar a los equipos técnicos del ámbito educativo según el nivel y modalidad de la institución.
- Entrevistar a las familias de los alumnos implicados para informarles sobre el incidente y las acciones que adoptará la escuela.
- Determinar si es necesaria una medida restaurativa para los estudiantes involucrados, conforme a lo establecido en el Sistema Escolar de Convivencia.
El propósito es garantizar que los alumnos que hayan participado en un acto de violencia digital puedan reincorporarse a la vida escolar con lo cual se evalúa la implementación de medidas restaurativas o disciplinarias dentro de la institución de tal modo que siempre se pueda preservar la privacidad de los involucrados.
El protocolo implementado por la Ciudad de Buenos Aires busca prevenir y abordar la violencia digital en las escuelas con lo cual se prioriza proteger tanto a las víctimas como a los agresores mediante medidas restaurativas y sancionatorias. La toma de medidas garantizan un entorno seguro que promueve el uso responsable de la tecnología y fortalece la convivencia escolar para que los niños intimidados por otros compañeros se sienta seguros sin sufrir agresión por medio del teléfono móvil para la construcción de una cultura de respeto y cuidado mutuo.

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